domingo, 28 de julio de 2013

BIOQUIMICA EN LA SEXUALIDAD




BIOQUIMICA EN LA SEXUALIDAD
Los bioquímicos y neurólogos están empeñados en encontrar una explicación para todas las cosas que nos pasan, incluidas las llamadas "locuras de amor", es decir, cuando nos sentimos atraídos y excitados irremediablemente por alguien y experimentamos durante un tiempo más o menos largo pero, generalmente demasiado breve, toda la gloria y el vértigo de sentirnos enamorados.
Es cierto que durante esos momentos nuestro cuerpo segrega unas cuantas sustancias psicoactivas que como drogas naturales son las causantes de esa euforia que viven los enamorados pero lo que nadie ha explicado todavía es por qué todos esos sentimientos y "sus sustancias asociadas" se despiertan solamente con alguna o algunas personas a lo largo de toda la vida y por qué no sucede, como podría esperarse, con cualquier persona que nos sea agradable.
Las investigaciones que enmarcan el amor como un proceso bioquímico no han concluido todavía. El descubrimiento que la feniletilamina está vinculada con el amor se inició con la teoría propuesta por los médicos Donald F. Klein y Michael Lebowitz del Instituto Psiquiátrico de Nueva York, quienes sugirieron que el cerebro de una persona enamorada contenía grandes cantidades de esta sustancia y que sería la responsable de las sensaciones y modificaciones fisiológicas que experimentamos cuando nos enamoramos.
Al inundarse el cerebro de feniletilamina, este responde mediante la secreción de dopamina (neurotransmisor responsable de los mecanismos de refuerzo del cerebro, de la capacidad de desear algo y de repetir un comportamiento que proporciona placer), también de norepinefrina, de oxitocina y prolactina (que además de estimular las contracciones uterinas para el parto y hacer brotar la leche, parecen ser mensajeros químicos del deseo sexual), y el comienzo de la acción de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales, en síntesis: se está enamorado.
Los expertos coinciden en que la pasión radica en la corteza cerebral, en concreto en las sustancias llamadas anfetaminas. Al inundarse el cerebro de ellas, se produce la secreción de dopamina, un neurotransmisor que refuerza la capacidad del deseo y el placer.
Otras similares son la oxitocina y la norepinefrina, auténticos estimulantes del impuso sexual. Estudios de prestigiosos sexólogos norteamericanos, donde existe una gran literatura sobre el tema, indican que el cerebro de una persona apasionada contiene cantidades de feniletilamina, una de las anfetaminas más potentes.
Naturalmente, con el paso del tiempo, esta pasión se desvanece. Según Shere Hie, el amor pasional suele durar unos tres años, pero al final la bioquímica cerebral decae y los sentimientos se van mitigando.
Es la fase del cariño más pausado, el afecto personal y la comprensión. O, por el contrario, el desamor total y la separación de la pareja. Pero lo cierto es que todo el entramado químico que originó el amor pierde fuerza, tarde o temprano. Ese “amor para toda la vida” suele quedar en una relación de complicidad, amistad o compañerismo.
Existe, por tanto, en el cerebro humano un gran laboratorio que potencia los sentimientos, estímulos, atracción y rechazo. Ello explica que, en ocasiones, las personas pasen del amor al odio, de la seducción a la frustración, sin ningún motivo aparente.
También de la fogosidad sexual a la insatisfacción, controlado por los niveles de testosterona y serotonina, otras sustancias que influyen en la conducta afectiva. En definitiva, las relaciones personales se mueven en este complejo laboratorio químico cerebral, que dirige los pasos de la pasión y el desamor.
Diversas indagaciones han concluido que se puede incluso hacer una matriz con las variadas manifestaciones y etapas del amor y sus relaciones con diferentes sustancias químicas en el cuerpo. De esta manera, el deseo ardiente de sexo está unido a la testosterona; mientras que la atracción y el amor en la etapa de euforia, así como el sentirse involucrado emocionalmente están relacionados con altos niveles de dopamina y norepinefrina y bajos niveles de serotonina. El vínculo y la atracción que evolucionan hacia una relación calmada, duradera y segura tienen que ver con la oxitocina y la vasopresina.
Psiquiatras, antropólogos y biólogos han encontrado correlaciones importantes entre los niveles de hormonas como la serotonina, la dopamina, la oxitocina y los estados amorosos que incluye la atracción sexual, el enamoramiento y el amor estable.
La atracción física, según ellos, es un suceso que involucra efectos químicos en nuestro organismo que nos hace sentir algo especial por alguien. Además del encanto de una persona, los factores fundamentales son las feromonas y el olor particular que emite cada cuerpo.
Las feromonas son producidas por hombres y mujeres y éstas son liberadas a través de la piel. Aunque no se percibe de forma consciente, éstas ingresan por el olfato.
Nuevamente, el culpable es el cerebro, ya que desarrolla una tolerancia especial a la feniletilamina, que hace que el estado de excitación y euforia disminuya con el tiempo.
La locura de la pasión del primer momento se desvanece gradualmente en favor de sentimientos más emocionales y afectivos, gracias a que aumenta el protagonismo de otra sustancia química: la endorfina, la hormona de la felicidad, que genera una sensación de confianza, tranquilidad y armonía. Este ingrediente esencial hace que los humanos puedan mantener relaciones estables por largos años, eso es, quienes logren adecuarse a los nuevos cambios.
Dentro del mismo tema de la bioquímica de la sexualidad, hablaremos de una situación que molesta a la mayoría de las mujeres: Para muchas mujeres, la correlación entre las relaciones sexuales  y ronquidos es uno de esos molestos hechos de la vida: no importa la hora a la que se produzcan los encuentros apasionados, casi el total de los hombres parecen quedarse dormidos inmediatamente después.
Aunque las mujeres se sienten somnolientas alguna vez después del sexo, el fenómeno no parece tan pronunciado como en los hombres. Entonces ¿qué es lo que hace que los hombres se duerman casi de inmediato posterior al coito sexual?
Primero, la razón obvia para la somnolencia post-sexual: el acto tiene lugar frecuentemente por la noche, en una cama, y después de él, uno suele acabar físicamente exhausto (esto les sucede más a menudo a los hombres que a las mujeres, aunque ciertamente varía). De modo que cuando el sexo finaliza, es natural que el hombre se quede dormido.
Segundo, una investigación en la que se empleó lectores de tomografía por emisión de positrones (PET) ha demostrado que para que una persona alcance el orgasmo, un requerimiento esencial es que “abandone toda clase de miedo o ansiedad”. Al hacer eso, uno tiende a relajarse, lo cual podría explicar a tendencia a la siestecita.
Luego está la bioquímica intrínseca al orgasmo. Investigaciones han demostrado que durante la eyaculación, los hombres liberan un cóctel de compuestos químicos cerebrales, entre los que se incluyen la norepinefrina, serotonina, oxitocina, vasopresina, óxido nítrico y la hormona prolactina. La liberación de prolactina se relaciona con el sentimiento de satisfacción sexual, y también regula el llamado “tiempo de recuperación” que tanto preocupa a los hombres. Los estudios han demostrado también que los hombres con deficiencias de prolactina tienen periodos de recuperación más rápidos.
Los niveles de prolactina son altos de forma natural durante el sueño, y los animales a los que se les inyecta este compuesto se cansan inmediatamente. Esto sugiere que existe una fuerte relación entre la prolactina y el sueño, de modo que es probable que la liberación de esta hormona durante el orgasmo haga que los hombres se sientan somnolientos.
La prolactina explica también por qué algunos hombres sienten más sueño después del sexo en pareja que tras la masturbación. Por razones desconocidas, los orgasmos en pareja liberan cuatro veces más prolactina que los autoinfligidos, según un reciente estudio.
La oxitocina y la vasopresina, son otros dos compuestos liberados durante el orgasmo, y también se ven asociados al sueño. Su liberación acompaña frecuentemente a la de la melatonina, la hormona primaria que regula nuestro reloj corporal. Se cree que la oxitocina reduce también los niveles de estrés, lo cual de nuevo nos podría conducir a la relajación y la somnolencia.
Evolutivamente hablando, el objetivo primario de un hombre es producir tantas crías como sea posible, y dormirse no le ayuda exactamente a lograr esta meta. Pero quizás, ya que no puede salir corriendo inmediatamente en busca de otra hembra a la que fecundar (maldito “tiempo de recuperación”) recargarse a través de una buena siesta podría ser la mejor elección a la hora de pasar el rato.
Y aunque existe información conflictiva acerca de si las mujeres se sienten somnolientas después del sexo, muy a menudo una mujer se queda dormida con el hombre de todos modos (o lo usa para pasar un rato agradable abrazada a él) lo cual es una buena noticia para el chico, porque eso significa que ella no tiene pensado ponerse a buscar a otro hombre. Cuando el hombre se despierte y la encuentre a su lado, podría estar listo para empezar la fiesta de nuevo.
También es posible que la somnolencia sea solo un “efecto secundario” asociado con una razón más importante (desde el punto de vista evolutivo) para la liberación de oxitocina y vasopresina. Además de verse asociados al sueño, ambos compuestos están también íntimamente ligados al así llamado “vínculo de pareja”, la unión social que comparten comúnmente las parejas de humanos. La liberación de estos compuestos químicos cerebrales durante el orgasmo eleva la sensación de unión y confianza entre los compañeros sexuales. Este vínculo es favorable si la pareja desea tener un bebé, ya que la cooperación ante la crianza de un niño, maximiza las opciones de supervivencia del recién llegado.
Resumiendo: existen múltiples razones potenciales tanto bioquímicas como evolutivas para el sueño poscoital., algunas directas y otras indirectas, pero nadie ha señalado las causas exactas. Sin embargo una cosa está clara: las mujeres de preferencia tendrán que acostumbrarse, porque no parece que esta costumbre vaya a cambiar en lo sucesivo.
Finalmente comentaremos que reducido el amor a sustancias químicas del cuerpo, la Dra. Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers y autora del libro The Anatomy of Love, divide en tres las etapas del amor:
· Lujuria. Predomina la testosterona, por lo que prima el deseo de sexo.
· Atracción. Predomina la dopamina y la norepinefrina, con lo que estamos en la etapa de euforia y de romance.
· Vínculo. Predomina la oxitocina y la vasopresina, por lo que se evoluciona hacia una relación apacible, duradera y segura.
Mantenerse en las dos primeras etapas del amor es el gran reto de cualquier pareja.
Se conoce actualmente que “Mujer emocional, hombre sexual “es decir que las mujeres son diferentes a los hombres, eso no cabe la menor duda. Y que en el amor las mujeres sienten de diferente forma. Pero, para que no hubiera ninguna incertidumbre, los científicos han demostrado empíricamente.
El estudio de Rutgers encontró que, mientras que los cerebros femeninos mostraban respuestas más emocionales frente a los mismos estímulos, los cerebros masculinos revelaban actividades en áreas más relacionadas con la excitación sexual.
Y es que en los hombres aún perduran con arraigo las conexiones primitivas que condicionaban el enamoramiento a la necesidad de la reproducción.




 

jueves, 25 de julio de 2013

AMINOÁCIDOS ESENCIALESY LOS ALIMENTOS QUE LO CONTIENEN



AMINOÁCIDOS ESENCIALESY LOS ALIMENTOS QUE LO CONTIENEN



Histidina
 Se encuentra de manera importante en la carne y otros productos de origen animal. Es un aminoácido esencial para los bebés y los niños porque favorece el crecimiento y desarrollo normales. Es particularmente necesaria para el crecimiento muscular y la producción de histamina. Abunda en la hemoglobina; se ha utilizado en el tratamiento de la artritis reumatoide, las úlceras y la anemia. La deficiencia de histidina puede causar problemas de audición.

Alimentos que contienen histidina

Origen animal: Carnes. Pollo. Hígado de ternera. Mortadela. Pescados. Lácteos. Leche en polvo descremada. Huevos.

Origen vegetal: Vegetales. Legumbres. Arroz integral. Semillas. Cereales integrales. Levadura de cerveza.
 


Leucina

Se encuentra en las proteínas vegetales y animales. Provee ingredientes para la formación de otros compuestos esenciales en la producción de energía y estimulación cerebral Existe un tipo de hipoglucemia (bajos niveles bajos de azúcar en la sangre) causada por una deficiencia de la enzima necesaria para metabolizar la leucina. Los niños que padecen este trastorno pueden sufrir convulsiones y retraso en el desarrollo mental. El tratamiento de esta patología -afortunadamente poco frecuente- consiste en reducir el consumo de leucina restringiendo las proteínas y en hacer comidas ligeras y frecuentes para evitar la hipoglucemia.

Alimentos que contienen leucina

Origen animal: Carnes rojas. Embutidos. Vísceras. Pescados. Quesos. Yogur. Huevos.

Origen vegetal: Arroz integral. Cereales integrales. Legumbres. Levadura de cerveza. Maíz. Patata. Semillas. Sésamo. Soja. Trigo. Vegetales.

Frutos secos: Almendras. Avellanas. Nueces. Cacahuetes. Pistachos. Piñones.
 

Treonina.
Participa en muchas de las funciones que involucran a la glicina. Es un importante constituyente de la colágena) proteína de los huesos, tendones y piel), la elastina  y las proteínas del esmalte de los dientes; favorece la digestión. Se encuentra en alimentos de origen animal como vegetal.
Alimentos  que contienen treonina
Origen animal: Carnes de cerdo. Carnes de cordero. Vísceras (hígado, riñón, sesos). Carne de pollo. Salchichas. Pato. Conejo. Pavo. Pescados. Lácteos. Requesón. Huevos.
Origen vegetal: Acelga. Aguacate. Apio. Avena. Arroz integral. Brócoli. Cebada. Cebolla. Cereales integrales. Col. Frijol. Fresa. Garbanzo. Germen y salvado de trigo. Guayaba. Haba seca. Harina integral de centeno. Higo. Legumbres. Lenteja. Levadura de cerveza. Maíz en grano. Papaya. Semillas de sésamo. Soja. Uva. Vegetales.
Frutos secos: Almendra. Avellana. Cacao. Nuez. Pistacho. Semillas de calabaza. Semillas de girasol.

Lisina.
Suele ser más abundante en las proteínas animales que en las vegetales. Los cereales contienen muy poca lisina, pero la carne, el pescado, el huevo y las leguminosas son fuente importante de esta sustancia. Algunos estudios avalan la efectividad de la lisina en el tratamiento contra el herpes, debido a que reduce el crecimiento viral; también asegura la adecuada absorción del calcio. Su deficiencia provoca náusea, vómito, mareos, anemia y retraso en el crecimiento de los niños. Existe un trastorno causado por la deficiencia de una enzima necesaria para utilizar la lisina -lo que origina altas concentraciones en la sangre- provocando náusea y vómito; su consecuencia más grave es el retraso mental.
Alimentos que contienen lisina
Origen animal: Carnes rojas. Cerdo. Aves. Pescados (bacalao y sardinas). Queso, en especial el Parmesano. Huevos.
Origen vegetal: Alcaravea. Algarroba. Altramuz. Arroz integral. Berros. Cereales integrales. Espárragos. Espinaca. Frijol. K. Legumbres. Lentejas. Levadura de cerveza. Nuez de la India. Quínoa. Soja. Vegetales.  Semillas.




Isoleucina
La incluyen casi todos los alimentos que contienen proteína, tanto de origen animal como vegetal. Trabaja conjuntamente con la leucina
Alimentos que contienen  Isoleucina:
Origen animal: Cordero. Ternera. Pollo. Pavo. Pescados. Lácteos. Huevos. 
Origen vegetal: Algas marinas. Arroz integral. Cereales integrales. Legumbres. Levadura de cerveza. Semillas. Vegetales.  Soja. Otros: Frutos secos



Fenilalanina
 Dentro del organismo esta sustancia se convierte en otro aminoácido llamado tirosina, y juntas dan como resultado la formación de tiroxina y adrenalina. La fenilalanina es necesaria para el adecuado funcionamiento, crecimiento y desarrollo del cuerpo.
Existe una enfermedad conocida como fenilcetonuria, que se caracteriza por la incapacidad del organismo para utilizar la fenilalanina que se consume -se acumula en la sangre-, lo cual es tóxico para el cerebro en etapa de desarrollo, además hay deficiencia de tirosina. Las personas que padecen esta enfermedad genética deben consumir dietas con muy poco contenido de fenilalanina; cabe señalar que los niños requieren una cuidadosa vigilancia médica. Además de encontrarse en los alimentos de origen animal y en las leguminosas, la fenilalanina está presente en el edulcorante sintético aspartame, que sirve para endulzar la mayor parte de los alimentos que se ostentan como "bajos en calorías o light".
Alimentos que contienen fenilalanina
Origen animal: Carne. Pescados. Huevo. Productos lácteos.
Origen Vegetal: Cacahuetes. Espárragos. Garbanzos. Lentejas.  Levadura de cerveza. Soja.
Otros: Dulces. Bebidas refrescantes. Algunas plantas, ricas en proteínas también contienen fenilalanina. Alimentos dietéticos con edulcorante artificial.

Metionina
Pertenece al grupo de los aminoácidos que contienen azufre. Se encuentra en cantidad suficiente en muchas proteínas de origen animal, mientras que las leguminosas la contienen en pequeñas proporciones. Por esa razón, los vegetarianos deben ser cuidadosos y elegir alimentos que les aporten metionina (el maíz es una fuente abundante). Este aminoácido se requiere más para el mantenimiento del cuerpo que para el crecimiento. Es de suma importancia para metabolizar las proteínas y las grasas, y ayuda a prevenir la formación de grasa alrededor del hígado. Es la principal fuente de azufre, que previene desórdenes en la piel, estimula el crecimiento de las uñas, y ayuda a disminuir los niveles de colesterol al aumentar la producción de lecitina en el hígado.
Alimentos que contienen metionina
Origen animal: Carnes. Pescados. Lácteos. Huevos.
Origen vegetal: Arroz integral. Cereales integrales. Germen de trigo. Legumbres.  Levadura de cerveza. Semillas. Soja. Vegetales.
Otros: Semillas de sésamo. Nueces brasileñas. Almendras. Castañas. Nueces. Piñones. Avellanas. Pistachos. Pipas de calabaza. Pipas de sésamo. Anacardo Pacanas. Cacahuete.